La Semana Nacional Sin Conducir nos permitió pedir a funcionarios públicos electos y profesionales del transporte de todo el país que utilizaran el sistema que financiaron, diseñaron y construyeron para nosotros. Y nuestros funcionarios públicos y electos hicieron precisamente eso. Casi 300 funcionarios electos, funcionarios públicos y profesionales del transporte de veintinueve estados y Washington D.C. participaron en el reto #SemanaSinConducir.
Este éxito fue posible gracias a que ciento cuarenta y dos organizaciones en todo el país organizaron retos locales de la Semana Sin Conducir en treinta y tres estados y Washington D.C. Cientos de personas también se unieron al llamado para participar. Colectivamente, crearon conciencia a través de los medios de comunicación y las redes sociales, escribieron cartas y correos electrónicos y pidieron a sus líderes y planificadores de transporte que participaran.
Por qué importa
Para combatir la presunción de que “todo el mundo conduce” y, por lo tanto, las ciudades y pueblos de EE. UU. deben dar prioridad a los automóviles, la Semana Nacional Sin Conducir alentó a personas de todo el país a dejar sus llaves y moverse por sus comunidades sin conducir. No poder conducir día a día nos reta a comprender de primera mano las luchas de miles de estadounidenses que no conducen ni poseen automóviles. Usar las aceras, los trenes y los autobuses nos permite ver nuestras comunidades de manera diferente que si estuviéramos detrás del volante de un automóvil.
En algunos lugares, es casi imposible imaginar pasar un día sin coche, y mucho menos una semana. El diseño autocéntrico es tan omnipresente que las carreteras anchas, los acres de estacionamiento y las reglas de zonificación a menudo colocan a las casas, tiendas, oficinas, parques y escuelas demasiado lejos para caminar con facilidad y seguridad. Combinado con la falta de aceras, la ausencia de cruces peatonales y el tránsito desconectado y poco confiable, hay áreas inaccesibles para quienes no pueden conducir.
Pero debemos recordar que nuestros pueblos y ciudades no siempre funcionaron así. La mayoría de las ciudades y pueblos se establecieron mucho antes de la invención y el uso generalizado del automóvil. Los lugares que definen una comunidad se construyeron lo suficientemente cerca unos de otros como para que caminar y los medios de transporte no motorizados fueran la opción predeterminada. Esa historia nos dice que quienes toman decisiones tienen el poder de tomar mejores decisiones sobre cómo diseñamos nuestras calles y comunidades. A pesar de lo que vemos hoy, es posible re-imaginar y reconstruir nuestras comunidades para crear lugares equitativos, conectados, accesibles, inclusivos y seguros para todos.
El desafío de la Semana Sin Conducir ayuda a quienes toman decisiones a comprender las decisiones que deben tomar los no conductores y construye el fundamento de lo que es posible. Incluso las ciudades y pueblos que se consideraban centrados en los automóviles han demostrado afrontar el reto con éxito. Para tener una idea de la semana, lea nuestro blog sobre ciudades y pueblos de EE. UU. lograron que sus líderes asumieron el reto.
Who Participated?
National Week Without Driving allowed us to ask elected public officials and transportation professionals across the country to use the system they funded, designed, and built for us. And our elected and public officials did just that. Almost 300 elected officials, public officials, and transportation professionals from twenty-nine states and Washington D.C. participated in the #WeekWithoutDriving challenge.
This success was possible because one-hundred and forty organizations across the country hosted local Week Without Driving challenges across thirty-three states and Washington D.C. Hundreds of individuals also joined the call to participate. Collectively, they raised awareness via local media and social media, wrote letters and emails, and called on their local leaders and transportation planners to participate.
The Paradigm Shift
En nuestro último seminario web, el 5 de octubre, America Walks y Disability Mobility Initiative organizaron conjuntamente un panel de discusión con organizadores, defensores y funcionarios públicos y electos sobre lo que significó para ellos la Semana Sin Conducir.
El concejal Lindsey Schromen-Wawrin y el senador Marko Liias de Washington se unieron al panel para compartir sus experiencias y desafíos al no conducir durante una semana y cómo la experiencia está dando forma a su comprensión del sistema de transporte en sus comunidades.
Tenille Warren, de Metro Transit Minneapolis y defensora de los no conductores, compartió la importancia no solo de escuchar a los no conductores sino también de tener sus propias experiencias de primera mano sobre el sistema de transporte en su comunidad.
Adrienne Razavi, de Denver Streets Partnership, habló sobre los beneficios de la Semana Sin Conducir, no solo para los funcionarios electos sino también para generar hábitos a largo plazo en los residentes y reemplazar algunos viajes en automóvil con otros modos de transporte.
The Main Takeaways:
- Las experiencias de primera mano amplían las perspectivas
Para comprender verdaderamente y conectarse con las personas que caminan, ruedan, andan en bicicleta y viajan en transporte público, debe experimentarlo. Estas experiencias le brindarán conocimiento directo y reducirán los malentendidos sobre cómo funciona o no el sistema de transporte.
- Los no conductores deben estar en la mesa de toma de decisiones
Las voces de los no conductores son valiosas. Se necesitan sus experiencias para comprender plenamente dónde están las brechas y desconexiones en el sistema de transporte. Aunque esta semana le da la oportunidad de explorar la posibilidad de no conducir durante una semana, aquellos que no han sido conductores día a día en sus comunidades brindarán una evaluación y comprensión más completa.
- La colaboración es clave
Trabajar junto con otras organizaciones, movimientos de base, grupos comunitarios, defensores, profesionales del transporte y otros aliados en su área/estado significa que tiene poder popular, aliados y la capacidad de influir a mayor escala. La colaboración también significa una mayor construcción de relaciones con otras organizaciones, residentes y líderes que quizás no haya conocido.
- Se necesitan voces de niños y jóvenes
Los niños y jóvenes constituyen un porcentaje enorme de los que no conducen en nuestras comunidades y necesitan ir a lugares. El transporte a la guardería, la escuela, los servicios médicos y más se convierten en una parte integral de su desarrollo. La dependencia de la conducción afecta en gran medida su movilidad, por lo que esas consideraciones y necesidades deben considerarse al diseñar el sistema de transporte.
- Hay importantes implicaciones para el medio ambiente
Nuestro planeta sufre mucho debido a nuestros patrones de transporte. El sector del transporte en los EE. UU. es el que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo los vehículos cotidianos los que más contribuyen al sector. Participar en la Semana Sin Conducir permite a los líderes electos reevaluar cómo están diseñadas sus comunidades y dejar de depender de la conducción, lo que ayudará a alcanzar los objetivos climáticos.