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Cuando pensamos en la accesibilidad para peatones, a menudo nos enfocamos en el entorno físico: las calles, los espacios públicos y las comodidades que hacen que caminar y andar en bicicleta sea seguro y accesible. Sin embargo, para aquellos que se sienten expuestos o inseguros debido a la intolerancia, el acoso o las amenazas de violencia, se les niega la posibilidad de caminar. En esta serie de blogs (lea nuestra introducción aquí) exploramos las formas en que los factores sociales, culturales, económicos y políticos afectan el derecho de todas las personas a moverse con libertad y seguridad en sus comunidades.
La justicia de movilidad es un marco que examina y busca abordar las inequidades históricas y actuales de transporte e infraestructura que afectan de manera desproporcionada a las comunidades marginadas. Apoyamos una visión de un mundo arraigado en la justicia social donde las personas se sientan seguras en las calles y puedan construir vidas experimentando la alegría plena del movimiento y la comunidad, independientemente de sus identidades. Creemos que esto es esencial para promover la salud, el bienestar y el éxito de nuestras comunidades.
El número de víctimas de la violencia armada en Estados Unidos es indescriptiblemente trágico. La amenaza de la violencia armada nos roba a todos la expectativa de que nuestros espacios públicos y compartidos, incluyendo las calles y las aceras, sean seguros para caminar y moverse.
Abogar por calles seguras significa que todas las personas no solo están a seguras de choques automovilísticos y vehículos peligrosos al caminar, sino también de la violencia con armas de fuego. Instamos a los activistas, profesionales y defensores de la accesibilidad para los peatones a tomar medidas para detener la violencia armada apoyando las leyes sensatas sobre el porte de las armas de fuego y apoyando las inversiones físicas y sociales en las comunidades que han demostrado mejorar la seguridad. La política de armas no es el enfoque de America Walks. Pero lugares más seguros a través del aporte comunitario y la organización comunitaria es nuestra misión y nuestra pasión. Sabemos que también lo es para la mayoría de nuestros lectores.
Promover las calles seguras por la prevención de la violencia armada
La investigación, ya sea entre estados o entre países, es clara: las leyes sensatas sobre armas salvan vidas. Y la legislación sobre armas de sentido común tiene apoyo en todo el espectro político. El 63% de los estadounidenses no están satisfechos con las leyes de armas de fuego y las leyes propuestas, como la verificación universal de antecedentes, son favorecidas por una gran mayoría de estadounidenses.
La violencia armada es posibilitada por las mismas desigualdades que resultan en el diseño peligroso de las calles. De hecho, existe una correlación directa entre la falta de inversión en el ambiente construido y la violencia con armas de fuego. Es por eso que quienes cargan de manera desproporcionada la violencia armada son las comunidades marginadas que también tienen una infraestructura física inadecuada para caminar, específicamente las comunidades afrodescendientes, latines y de bajos ingresos. De hecho, la falta de infraestructura física es parte de un patrón más amplio de desinversión que afecta a las personas de estas comunidades.
Algunos lugares, como Portland y Cincinnati, han invertido en mejoras a nivel de la calle para ayudar a reducir los tiroteos en un vecindario. Las inversiones en la comunidad pueden fomentar un sentido de pertenencia y reducir las condiciones que permiten los tiroteos en una comunidad. Sin embargo, las mejoras de diseño e infraestructura por sí solas no resuelven todas las formas de violencia armada, como la violencia doméstica o los tiroteos masivos. El mejoramiento del diseño y la infraestructura tampoco aborda las causas fundamentales de la violencia armada, como el aumento de la tensión social debido a la pobreza y el aislamiento, el acceso a las armas de fuego, el acceso a la salud mental y la desensibilización a la violencia.
La prevención de la violencia armada y sus terribles efectos duraderos en nuestras comunidades requiere una acción colectiva. Los defensores del transporte y la movilidad pueden trabajar para asegurarse de escuchar a las comunidades más afectadas por la violencia armada y encontrar oportunidades para trabajar colectivamente con quienes lideran la lucha contra la violencia armada.
Eso incluye defender las leyes sensatas sobre el porte de las armas de fuego además de apoyar los esfuerzos comunitarios para reducir la violencia. Por ejemplo, la investigación en 264 ciudades durante 20 años muestra que por cada 10 organizaciones comunitarias adicionales que se enfocan en el crimen y la vida comunitaria en una ciudad con 100,000 habitantes, hay una reducción del 9 por ciento en la tasa de homicidios y una reducción del 6 por ciento en los delitos violentos. Existe una amplia gama de inversiones en una comunidad que han demostrado ser efectivas. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los líderes gubernamentales no dan prioridad a tales inversiones, algo que puede cambiar si más de nosotros levantamos nuestra voz.
Entrar en un diálogo sobre el control de armas y las causas sistémicas de la violencia puede significar salir de la zona de confort y tener conversaciones difíciles. Pero vale la pena mantener a las personas seguras e infundir la confianza en su capacidad de moverse libremente, especialmente aquellos que corren mayor riesgo de sufrir violencia armada.
Aunque hemos hablado sobre la violencia armada, creemos que todavía hay mucho más que nosotros y otros podemos hacer para llamar la atención hacia la conexión entre la violencia armada y las comunidades accesibles para caminar. Tenemos la intención de hacerlo y esperamos trabajar con ustedes para crear comunidades genuinamente seguras para todes.
Para aquellos que buscan recursos sobre la prevención de la violencia armada, buscamos expertos y organizaciones en los Estados Unidos que representen una variedad de estrategias:
Puedes leer el blog anterior de la serie aquí.
